HISTORIA DE LOS COLUMPIOS: II. LA EDAD DE LA MADERA

EL DISEÑO QUE VINO DEL NORTE

Los viejos columpios de hierro tenían un problema: eran muy resistentes pero pronto mostraban síntomas de envejecimiento por el óxido al estar en la intemperie.

Con el aperturismo que trajo la democracia a mediados de los 70, el sector de los parques se abrió a diseños más modernos y a materiales más naturales.

Hasta entonces los diseños eran funcionales y mecanicistas. Eran más artilugios mecánicos sin cuidar tanto la estética. Procedentes desde los países nórdicos empezaron a verse en nuestros parques casitas y castillos de madera y diversos elementos figurativos también  en madera.

Los nuevos juegos mostraban diseños atractivos y coloridos que usaban el material más abundante en aquellas zonas, la madera, principalmente de coníferas de sus propios bosques.

Empezaban a verse conjuntos de juegos más elegantes, quizás más estáticos que los de la etapa anterior que potenciaban el movimiento, pero con una posibilidad de juego simbólico mucho mayor. Se construían castillos, fuertes y casitas con puentes que permitía a  los niños imaginar sus propias aventuras.

LA INCORPORACIÓN DE LA MADERA EN LA FABRICACIÓN NACIONAL

Las fábricas estaban en países como Finlandia, Dinamarca y Suecia, pero pronto algunas empresas españolas vieron la ventaja de aquel material y empezaron a fabricar casitas y conjuntos en madera con la vista puesta en aquellos diseños del norte.

Si hasta entonces los talleres metálicos eran los fabricantes más habituales de los juegos para los parques, las carpinterías que trabajaban la madera empezaron a coger protagonismo en la fabricación de columpios y demás equipos de juego exterior. Empresas como las madrileñas CONALSA y MOYCOSA, las levantinas EQUIDESA e ISABA, la marca vasca JOLAS o la aragonesa AGAPITO se sumaron al conjunto de fabricantes nacionales y acompañaron a los fabricantes más veteranos, YOR y MEIN, que también ampliaron sus catálogos con nuevos diseños en madera.

El uso de la madera permitía un aspecto más agradable y suave y una mayor integración en entornos naturales, aunque todavía se llevaba a idea de incorporar mucho color a los materiales y los juegos destacaban claramente entre el resto del mobiliario urbano.

La mayoría de la madera era de coníferas de origen foráneo, de los bosques del norte, aunque había algunos fabricantes que usaban también maderas tropicales por su mayor resistencia a los patógenos. Los tratamientos protectores antifúngicos y antixilófagos aún no estaban generalizados y el uso de maderas laminadas y tratadas por los sistema de impregnación al vacío fueron paulatinos, por lo que se requerían unos mantenimientos periódicos que casi nunca eran tan regulares.

JUEGOS SEGUROS PERO NO NORMALIZADOS

Aún no existían unas normas reguladoras que fiscalizaban el diseño, así que la seguridad dependía del sentido común de los fabricantes. Posiblemente los niños no estaban tan sobreprotegidos en aquellos tiempos y los padres asumían que algunos golpes o rozaduras no eran necesariamente el fin del mundo para sus hijos.

Los asientos eran neumáticos no normalizados, los toboganes no tenían una pendiente limitada y la salida era casi directa con un culetón en el suelo. Los balancines no tenían muelles ni sistema de amortiguación y los botones de las capuchas a veces se enganchaban en las esquinas. No eran grandes lesiones, pero poco a poco, al hilo de algunos casos puntuales más graves, se empezaba a oir algo de unas normas de seguridad que estaban  elaborando en la entonces lejana Europa. Pero aún lo que condicionaba el diseño era el hacer los juegos atractivos y divertidos para los niños.

Los suelos aún eran de tierra, arena o césped y los elementos accesorios se limitaban a algún banco o papelera. No se exigían vallados ni señalización especial. Tampoco las distancias de seguridad eran preceptivas y se podían instalar muchos elementos juntos en espacios muy pequeños.

La madera provocaba algunos problemas nuevos en la conservación de los parques por astillado o podredumbre de la madera  aunque se avanzaba en los nuevos tratamientos y procesos de fabricación para evitarlos, como los paneles de contrachapado fenólicos. Y se seguía utilizando el acero de forma combinada con la madera, en aquellos elementos que necesitaban dotar de mayor rigidez.

Aún hoy en día, el acero y la madera constituyen los materiales más utilizados en la fabricación de los juegos. Aunque se han incorporado otros nuevos que se verán en próximos posts.